Cuando aparecen síntomas que no se curan por si solos, estos reflejan varios puntos a tener en cuenta:
¿Qué es lo que rompe el sistema y está fuera de equilibrio?
Es la forma que tiene el sistema de protegerse de la invasión de un factor hostil a niveles existenciales más profundos. Por ejemplo, un dolor de cabeza que, por su sola existencia, protege a la persona de la posibilidad de enfrentar conflictos que requieren confrontación y decisiones, cuando esta, aún no tiene fuerzas para afrontarlos. La mayoría de los síntomas crónicos son un mecanismo del sistema de defensa del organismo para crear un enmascaramiento fisiológico de los síntomas. El propósito es proteger el alma humana de un desequilibrio más profundo, que socavaría todo el sistema, hasta que la persona tenga suficiente fuerza y madurez para enfrentarse solo a aquellos asuntos a los que tiene que hacer frente.
El síntoma es el “atasco”
El lugar que elige el sistema para llega a ser capaz de sanar el conjunto. Allí donde apareció el síntoma evidencia la incapacidad de auto curación del sistema. Evidencia el límite de la capacidad del sistema inmune de una persona. Por eso le damos una enorme importancia a los síntomas tal y como aparecen en su naturaleza. Cuando aparece el síntoma de forma natural, aunque aparezca solo físicamente, es la punta de un iceberg que refleja mucho sobre la persona, sobre lo que le sucede más allá de lo aparente, entre el consciente e inconsciente.
El sistema orgánico consta de una serie de niveles
Son los niveles físicos, psíquicos y mentales, que funcionan como un todo en sincronía a través de lo que se conoce como fuerza vital, Chi, o Prana, o simplemente energía.
La misma energía está presente en todo, pulsa en cada célula del cuerpo, y es por y a través de ella, que el cuerpo funciona, respira, conoce, progresa, crece y cumple su propósito. De modo que, cuando aparece un desequilibrio, es esa vitalidad, esa fuerza vital, la que primero se ve afectada antes de que aparezca un síntoma concreto.
En homeopatía, usamos esta misma energía, la misma fuerza vital, para ayudar a la persona a volver a un estado saludable y equilibrado, donde la capacidad de madurar y continuar con su camino evolutivo sea posible.
Hay que mencionar que ningún medicamento homeopático contiene moléculas de la sustancia diluida para su preparación. Todos los medicamentos homeopáticos han sido diluidos hasta el punto de no encontrar sustancia alguna en el diluyente. La sustancia diluyente, el agua destilada, se vuelve potente y “recuerda” la vitalidad de la sustancia diluida, convirtiéndose así en medicina.
Esa vitalidad se conserva como un recuerdo en el agua, y es este impulso vital conservado en el agua, lo que se le da a la persona según los síntomas que presenta, fortaleciendo, estimulando e impulsando de esta manera aquello que como síntoma eligió la energía vital para sanarse, pero que por alguna razón se atascó en el lugar de inicio de dicho síntoma. Así la medicina homeopática continua el impulso elegido por la fuerza vital, y cierra el círculo hasta regresar al estado normal de salud y equilibrio. Este es el secreto de la curación homeopática, y este es también el secreto de la recuperación y la sanación, según el criterio judío de lo que es la medicina del Santo. ¡Bendito sea!

Koby Nehushtan
Profesor de Homeopatía Clásica Unicista en el Instituto Devacharya de las Ciencias Terapéuticas
Desde muy joven, Koby se interesó y estudió diferentes formas de curar a las personas. En sus muchos viajes, aprendió y se especializó en varios campos de la medicina alternativa, se convirtió en un terapeuta certificado y acumuló una rica experiencia clínica.
El desarrollo de productos a base de hierbas de la compañía Nehushtan Herbology es el fruto de muchos años de curación de personas, investigación y aprendizaje.
Koby es un terapeuta certificado en homeopatía clásica (graduado de la Academia Internacional de Homeopatía Clásica de George Vithoulkas) y medicina china. Durante su carrera, también estudió métodos adicionales de tratamiento, incluida la medicina tibetana y la medicina ayurveda-india.
Como practicante, también trabajó y estudió en varios países como miembro de delegaciones médicas en África, así como en Inglaterra y Nueva York.
Hoy, forma parte de Devacharya formando a alumnos en homeopatía, tabla de plantas, acupuntura y códigos somáticos.
Koby atiende clínicamente en Jerusalén y en Tel Aviv.