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La función orgánica de los intestinos es absorber los componentes necesarios para la vida humana. De todas las sustancias y componentes que llegan al medio intestinal, sólo ciertos componentes serán absorbidos y el resto serán rechazados. En la vida de una persona hay muchos componentes; es la sabiduría intestinal la que sabe qué tomar y absorber de la vida y qué rechazar.

Existen dos criterios que hacen que el intestino determine qué debe absorber: por un lado, las necesidades del cuerpo y por otro el entendimiento de los elementos que necesita para la construcción de su futuro.
El intestino no toma decisiones por cuenta propia, sino que recibe esta instrucción del cerebro y el corazón. El cerebro le da al intestino la información sobre el estado físico y mental (como la absorción de grasas, proteínas, azúcares, vitaminas, fluidos, etc.); y el corazón le da el entendimiento y conocimiento de hacia dónde ha de ir la persona y lo que está en su plan de desarrollo humano, así como las necesidades para que se dé ese desarrollo. El corazón informa a los intestinos de lo que la persona necesita para estar preparada y hacer posible el cumplimiento de una determinada meta. A veces serán cuestiones físicas, pero la mayoría de las veces serán elementos experienciales, emocionales y mentales, tales como escoger los estudios y elegir a las personas adecuadas.

Los intestinos son responsables de absorber todo del ambiente, como un imán: desde las necesidades más físicas (nutrientes), hasta los pensamientos y sentimientos. A veces se trata de elecciones de la persona, pero suelen entrar en juego también mecanismos automáticos de la vida cotidiana reflexivos y emocionales de la persona. Teniendo en cuenta esto, ciertos temas se volverán conscientes (un pensamiento o una emoción), o se convertirán en una realidad práctica y concreta. En resumen, los intestinos tienen la cualidad de saber convertir una idea en realidad.

El principio que determina si la vida de una persona se desarrolla en la dirección adecuada depende del grado de conocimiento de sí misma. Este conocimiento depende de la capacidad de atención que preste a su corazón, ya que éste es el lugar donde vibra y habla el hilo de la existencia (su anatomía y fisiología responde a la profunda cualidad humana conocida como el hilo de la existencia). Los/las niños/as están en conexión natural y simple con el hilo de la existencia desde el momento en que nacen, en cambio los adultos se pierden en el camino, siguiendo las reglas materiales por las que se mide la sociedad.

El conocimiento que la persona tiene de sí misma es lo que dicta el tipo de información que se transmite desde el corazón a los intestinos. Esto permitirá la construcción del futuro que corresponde a cada cual. La falta de autoconocimiento y la desconexión de la persona de sí misma es fatal para ella. Es un estado en el que se construye su vida, no según el principio del hilo de la existencia que habita en su corazón, sino según reglas externas que, en la mayoría de los casos, no están relacionadas en absoluto con la razón por la que la está aquí. Los intestinos que saben lo que pide el corazón actúan correctamente, conociendo su función de qué absorber y qué rechazar. Por el contrario, los intestinos que se han distanciado del corazón y funcionan de manera independiente se han perdido y absorben lo que no es correcto para la persona. Esto puede desembocar en eventos difíciles en su vida o generar enfermedades intestinales que reflejen el tipo de desconexión.
Aquello que interesa a la persona, pero no se materializa, puede mostrar que el deseo no emana del lugar adecuado. La mayoría de los seres humanos buscan y quieren lo que no les conviene.

Por lo tanto, cuando una persona atrae a su vida determinados deseos, debe tener claro de dónde viene ese deseo. Es necesario tener claro si la voluntad viene del corazón y eso determinará el grado de éxito de la persona en su vida.  Esto es así en todas las áreas: encontrar un cónyuge relevante, una carrera, una situación financiera y una salud adecuada, etc. El intento de una persona de atraer a su vida lo que no es parte de la melodía del hilo de la existencia que se haya en su corazón, no tendrá éxito. La persona no lo logrará y en el camino derrochará mucha energía, sentirá mucha angustia mental, y quizás llegue hasta enfermarse (que es lo que marcará donde está el error, e invitará a prestar la atención debida al corazón).

Por Koby Nehushtan. Homeopata y Acupuntor. Especialista en medicina alternativa